lunes, 3 de marzo de 2008

La maldita imprudencia

Imprudencia en el ataque, no importa las razones que lo justifican...

Imprudencia al declarar que esto es un problema de soberanía, por los afectados y los terceros (incluida nuestra presidenta)...

Imprudencia al movilizar tropas en un tema que incumbe a dos vecinos...


Esa maldita imprudencia no es casual. La guerra con las FARC es cruenta y lleva años. La guerra saca a flote lo peor de los seres humanos y la muerte se torna en necesidad irracional...

Pero lo peor de todo es la otra imprudencia, la que no es tal. Ésa que es sólo parte de una orquesta preparada para el evento. Y donde el resto del reparto participa de un guión que no conoce del todo.

La llegada de las armas, los discursos incendiarios con el tema añejo de reivindicaciones que nuestros pueblos olvidaron las penas que acarreaban, los caudillos que prometen revoluciones de igualdad para consolidar su poder absoluto... En suma, esto no es un arrebato, no es una sorpresa ni menos una respuesta airada.

Esto es la consecuencia de un plan que lleva años ejecutándose. Y el resto de los títeres ejecutan su parte con maestría, sea que supieran o no su papel.


Por la esperanza, es de esperar que algunos se rebelen ante el titiritero y logren torcer la mano a un destino que pretende validar con muerte y violencia, una revolución que ya una vez trajo desolación en nuestra Latino América.

No hay comentarios: