"Sólo concurrimos como ministros de fe". Pocas cosas se me ocurren decir para una situación de crisis como la negociación que se vivió en Copiapo, pero sin duda, no me autoengañaría con la figura de "ministro de fe".
Y claro, con la fijación de un salario para los temporeros de la IV Región ya se hacía un daño a la sociedad (y no sólo a los industriales como pensarían algunos), pero con el aval del gobierno el hecho adquiere ribetes distintos.
Es que ni siquiera Marx estuvo de acuerdo con esto (ley de bronce), pues premia a la pereza y castiga al que se esfuerza, motor básico del desarrollo, sino que además, con la actuación del Ministro Rojas, podría entenderse como la adquisición de un derecho por parte de los trabajadores, el que cuestionablemente se puede garantizar hoy. Esto, sin olvidar la validación del mecanismo de fuerza para lograrlo.
Como sea, aún suponiendo la ingenuidad más absoluta del ministro (así dicta la buena fe), resulta increíble no avisorar las proyecciones de una acuerdo de esta naturaleza. Lamentablemente, esto hipoteca posibilidades de esos mismos trabajadores que se buscaba proteger, por intentar conseguir por la "vía rápida" beneficios que no son sustentables en el tiempo.
El artículo en el Diario Financiero.
sábado, 5 de enero de 2008
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