"Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan)".
Uno de esos libros para leer en la infancia y soñar con los viajes, también para leer adulto y recordar las cosas importantes.
En ello probablemente reside la capacidad de emprender tan característica de nuestra época más idealista y, por otro lado, la de ser felices que puede ser sepultada por la rutina y el deber de la responsabilidad. El amor y la amistad son temas transversales en sus páginas.
Por qué lo menciono: aparte de releerlo recién, es un llamado a concentrarse en las cosas que nos resultan importantes, una señal de advertencia para no eludir las dolorosas señales que nos conducen por un camino de felicidad, tantas veces hipotecado por un hedonismo que no es más que una economía de corto plazo en los sentimientos. Tan evidente es lo último, como la simpleza del mensaje de Saint-Exupéry.
Agradezco la oportunidad de leerlo en línea y con ilustraciones.
domingo, 6 de enero de 2008
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